Recièn me enviaron las palabras de una canciòn francesa , de un cuate de origen armenio que se llama Alexis HK - se imaginaràn el grado de dificultad del apellido armenio original para que lo abrevie asì- que se llama Gaspard. Gaspard, el enano que querìa volar, màs y mejor que ningùn otro enano del mundo mundial. Pero el enano no querìa que le salieran alas y volar, o elevarse imaginariamente sobre su desventajosa situaciòn, no. El enano querìa que lo lanzaran, que lo usaran de bala olìmpica, o bala de cañòn, y entretener asì al pùblico sin alma que iba nomàs a verlo ser lanzado a su calavario. Porque el enano no tenìa otra manera de ganarse la vida. Pero eso no importaba. Lo que importaba eera acatar las inefables leyes de la existencia humana que indican salvaguardar la Diginidad a costa de lo que sea, salvar a los ignorantes, a los palurdos, a los liberales, a los impertinentes, de si mismos. Casi como las leyes que castigan mas a las muejres que explotan su cuerpo que a los hombres que los consumen. Como las leyes que te impiden drogarte, porque papa estado sabe mejro quea ti lo que te conviene meterte o no.
Esta historia del enano Gaspard, que podrìa ser una nada màs de mucha tristeza, como de la tristeza que siente uno al leer un cuento de Dickens, o cualquier historia de pobreza de la Francia del Ancien Regime, o cualqueir historia sobre un circo, cuando los circos eran (siguen siendo, pero en fin, eso es otra hisoria, aunque no tanto) caravanas de miseria, resulta que no nada màs sirve para lamentarnos sobre lo ojete de la condiciòn humana; es una piedra fundamental de la ley francesa sobre la Dignidad.
Resulta que en verdad existiò un enano que fue a pelear en las Cortes de la Libertè, l' Egalitè y la Fraternitè pa que lo dejaran ser usado como punta de lanza. El no entendìa porque no le dejaban hacer son su cuerpo lo que fraternal, igualitaria y libertinamente le viniese en gana, sobre todo porque con ese cuerpecito suyo se ganaba lo que viene siendo, lo que le dicen el pan suyo de cada dìa. Y yo tampoco. Pero resulta que siempre hay quien cree que sabe mejor que uno lo que a uno le conviene, llàmese papà, mamà, estado, iglesia, hermano, amigo, novio o conocido. Y resulta que casi siempre creen saberlo mejor los hombres blancos que las mujeres, los animales, los indìgenas, los negros, los homosexuales o los enanos. En Francia fue un pedo, esto de no dejar al enano que lo aventaran por los aires. Reconozco que no tiene nada de amable, ni de padre, ni aventar al enano, ni ser el enano aventado, ni ser parte del pùblico. Reconozco que gracias a a las legislaciones internacionales sobre Dignidad es que existen los derechos humanos, sea uno del paìs que sea, y aun con eso, ya ven como se les baila un zapateado encima a dichos derechos, aliteraciòn incluida. Pero no me queda claro porque hay quienes creen que saben mejor que el de junto lo que le conviene. Entiendo el tema de que sienta un precedente y que habìa que defender al enano de si mismo, en aras de la DIGNIDAD HUMANA, aunque eso significase que se muriese de hambre, o enajenarle el derecho, ese si inalienable, de hacer con su cuerpecito lo que le viniera en diminuta pero real gana. Lo que no entiendo es quien baja del cielo, o sube del averno, o sale de la pared, o habla desde una zarza ardiendo, señalando con verdadera verdad que asì ha de ser, que la salvaciòn de DIGNIDAD HUMANA UNIVERSAL depende de que este enano no sea lanzado, o esa mujer no abra las piernas, o ese homosexual no se case, o esa criada no se subleve, o ese naco no se sienta "bien", aunque sea lo que ellos COMO INDIVIDUOS quieran hacer. Menos entiendo que siempre los escogidos de las zarzas ardientes, de las columnas de humo parlantes, de los Arcangèles Dictantes sean casi siempre hombres de casta elevada que por alguna razòn, necesitan preservar cierto stauts quo de mandamases.
Why must there always be so many ready to save the others from themselves instead of saving themselves from such absimal arrogance, such pretentious pompousness.
Que raro, ¿no?
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